¿Para qué quiero los brazos si no puedo abrazarte, para qué las manos si no puedo tocarte, los labios si no puedo besarte, la lengua si no puedo recorrerte, el pene si no puedo follarte, las orejas si no puedo escucharte respirar, la nariz si no puedo olerte, el lenguaje si me da miedo hablarte, las alas si no me haces volar, el corazón si no puedo dártelo?
Menos mal que aún puedo verte, si no dejaría de existir.
¿Has sabido alguna vez que yo también te miraba?
viernes, 28 de mayo de 2010
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