¿Has sabido alguna vez que yo también te miraba?

domingo, 21 de diciembre de 2008

Pocas ganas de saber la verdad

Compañeros, esta es la historia de una resaca…

Me desperté aturdido, mareado, sin poder realizar ningún movimiento más que girar la cabeza y ver que en el despertador daban las 10:23 de la mañana. Hice un amago de salir de la cama, pero fue imposible, no podía moverme. Eran las 12:30 cuando conseguí levantarme y empezar a pensar en la noche anterior.
¿Lo último que recuerdo? Estar sentado en mi ascensor, sin poder moverme y viendo como la puerta se abría y se cerraba. ¿Cómo había llegado ahí? Ni idea.
Miré mis piernas y llevaba puestos unos vaqueros que no eran los que llevaba la noche anterior, esto se estaba poniendo muy raro. Me quité los pantalones para tener una mayor comodidad y salí de la habitación al tiempo que mi hermano salía de la suya.
Lo primero que hizo fue enseñarme unas fotos de mi cocina hecha una verdadera mierda, al de la cueme iba a tocar limpiar. Llegamos a la cocina y, ante nuestros ojos atónitos, estaba limpia. ¿Qué coño estaba pasando?
Recordé entonces una conversación en que una compañera de borrachera me pedía llevarse el vaso a la calle porque los demás se lo habían llevado, no pude negarme, si ya se lo habían llevado los demás…
En ningún lugar de la casa estaban los vasos ni los platos. No me apetecía pensar, así que me puse a fregar el suelo, que falta le hacía. La cocina olía a vómito, ¿yo había vomitado?, creía que no.
Después de fregar me senté a descansar y mi hermano logró captar esta imñagen sin que yo pudiera hacer nada por evitarlo:

Al cabo de un rato me dijo que él, que estaba en la habitación de al lado, había escuchado que yo decía que no me quitaran los pantalones, que no quería que me vieran en calzoncillos (esto es lo más raro de todo) pero que una chica me dijo que ya me había visto, así que me cambió, ¿quién me había visto en calzoncillos?, aquí hay muchas cosas que no cuadran…
Me decidí a meterme en la ducha para despejar mi sobrecargada cabeza pero cuando me metí dentro, ahí estaban: mis pantalones. Poco a poco iban apareciendo cosas. Como no teníamos platos, decidimos ir a comer por ahí, pero no encontraba mi abrigo. Como ya me esperaba cualquier cosa, lo busqué en el lavavajillas, ¡ahí estaban los vasos y los platos! Que ilusión, aun tenemos vasos… Encontré el abrigo en el armario, fíjate tú que escondite más original…
Mi hermano se quejó de que nos quedamos en casa hasta las 3:30 de la mañana, pero según mis fuentes (tuenti), a las dos ya me habían metido en la cama.
Necesitaba saber todo lo que había pasado así que, a pesar de no ir a clase por la tarde, fui a buscar al de la cueva para que me explicara todo.
No voy a mentiros, todavía tengo lagunas pero, si os digo la verdad, es más divertido así.

RESACA - Los Berzas


PD: Si esperáis que os cuente lo que pasó de verdad, lo lleváis claro...

2 comentarios:

Claudia P. dijo...

madreeeeee!! k follon de noxe no?
eres un caso luismi! jajaja

Carlos dijo...

Bufff qué nochecica... lo peor fue para los que te tuvimos que aguantar jeje!!!

Mejor que no te acuerdes de algunas cosas jeje...


Saludos monedarios!!!!