¡Cuánto cuesta escribir con este calor!
Desde que mi primo me regaló hace muchísimos años un casette que ponía "Mago de Oz, Leyendas de la Mancha" no he dejado de vivir por la música. A ella le debo mucho de lo que soy y por eso, desde entonces, no he dejado de aprender cosas sobre ella.
El jueves pasado hice mi última "actuación", cuando fui a comprarme mi nueva guitarra a Lérida. Da gusto que en una ciudad que me gusta tan poco haya una tienda que siempre te reciba con una gran sonrisa y hablándote en castellano. Siempre me han tratado genial en esa tienda y, como saben que me gusta cantar, ya me tenían preparado un micro y un ampli para enseñarles alguna cosita. Esta vez, a pesar de que la tienda estaba llena, canté Desde el Rompeolas (sin duda una de mis canciones de estos últimos meses), Capitán Cobarde y Mujer (una letra mía que escribí hace ya unos meses sobre la violencia de género).
Son grandes momentos que no cambiaría por nada del mundo y todo gracias a la música. Las mujeres han venido y se han ido pero la música nunca me abandona.
¿Has sabido alguna vez que yo también te miraba?
jueves, 8 de julio de 2010
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2 comentarios:
Es una suerte tener cosas así q nos acompañen siempre, es como una seña de identidad de nosotros mismos. Un sentimiento muy profundo el tuyo por la música :)
por cierto, te doy toda la razón de q cuesta escribir mogollón con este calor! xD
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